lunes, 5 de noviembre de 2012

Cositas pequeñas, que son muy grandes.

Hace un par de días me di cuenta que muchas veces gasto el tiempo en buscar ofertas de trabajo que a lo mejor ni me corresponden. Sé que es una tontería, pero tengo afán por arreglarle la vida a todo el mundo, más si es gente que quiero, admiro y que afortunadamente tengo el honor de que sean mis amigos.  
Irene es una de ellas, de las amigas que siempre envidias sanamente, porque sí, porque hay que envidiarla y quererla a partes iguales. Irene es la persona que haga lo que haga la escuchas atentamente y quieres aprender todo lo que dice.  La conocí hace unos poquitos de años (aunque sabemos que nuestra amistad debería haber empezado mucho antes) y desde entonces todo lo que ella ha hecho y ha demostrado ser me ha encantado. Yo sólo espero que visitéis su blog y veáis que no miento en nada. Irene es lo más. 

Aunque luego veo estas cosas y pienso: ''Eres una egoísta, en verdad los quieres aquí por ti, los echas de menos, y quieres poder saludarles todos los días, tener la seguridad que están a la vuelta de la esquina y que pasen las semanas sin veros, pero emocionaros a la mínima que os veis el pelo'' 


Irene Sobreviela

Ahora también pienso, que si tengo que hacer bien las cosas y ser buena, no es sólo por mi, sino por no defraudarlos a ellos, que me quieren y me hacen sentir muy afortunada. Y a ella le prometo aprender a esquiar, bueno, le prometo lo que ella quiera. Y también la echo de menos. Porque nos veo a las dos siendo felices con frío y sol, y con mucho arte, en esta ciudad tan pequeñita. 

Gracias Irene por hacer que ese abriguito esquimal, abrigue de verdad y huela un poco más a ti. El frío no es tanto cuando me acuerdo de todas las cosas bonitas que me dices :) 



1 comentario:

  1. Jo. Lagrimita, me encanta aprender de ti y contigo :,) y tu don para escribir, mi teórica. Bu! Me duermo con una sonrisa enorme. Tequiero :****

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